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Nuestra historia

La misión de Infusion Ministries es equipar y capacitar a pastores, líderes de grupos pequeños y líderes no profesionales para liberar a los cautivos espirituales. 

 

 

En lugar de intentar establecer un ministerio de libertad específico en cada iglesia, que ayude a unos pocos heridos, trabajamos para desarrollar y equipar a líderes para hacer auténticos discípulos que caminen con su verdadera identidad y libertad en Cristo. 

  • Nuestra visión: liberar a los cautivos. Ver la verdad de Dios infundida en su pueblo para que puedan permanecer en Cristo y dar fruto (Juan 15:5).

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  • Nuestra misión: hacer discípulos auténticos. Equipar a líderes para modelar el discipulado auténtico (Mateo 28:19-20; Efesios 4:11-13).

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  • Nuestro proceso: brindar recursos a la iglesia. Ofrecer recursos que cambien vidas a través de materiales para grupos pequeños, conferencias y herramientas de libertad (Colosenses 2:6-10).

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  • Nuestra invitación: asóciate a nosotros. Te invitamos a invertir oraciones, talentos, dones espirituales y recursos financieros en el desarrollo del cuerpo de Cristo, a fin de que este pueda ser libre para cumplir el gran mandamiento y la gran comisión (Mateo 6:19).

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Nuestro camino

Infusion Ministries es un ministerio nacional, internacional e interdenominacional con sede en Knoxville, Tennessee. El propósito de Infusion Ministries es despertar identidad y establecer libertad en el cuerpo de Cristo.

 

 

El Dr. Dave Park, nuestro fundador y presidente, comenzó su trabajo en el ministerio de libertad en 1992, cuando descubrió dos recursos que cambiaron su vida, Victoria sobre la oscuridad y Rompiendo las cadenas, del Dr. Neil T. Anderson. En 1993 Dave y su esposa Grace se unieron a Freedom in Christ Ministries. Dave tuvo el privilegio de ser coautor de muchos libros con Neil, entre los que se encuentran Emergiendo de la oscuridad y Rompiendo las cadenas, edición juvenil. Estos libros y, por supuesto, la Biblia proporcionan la base para los materiales de enseñanza de Infusion. 

 

  • En 2002, Dave se expandió desde Freedom in Christ para crear Infusion Ministries. Transmitió su visión de compartir el mensaje de identidad y libertad en Cristo a Mark Keyes, un amigo pastor de jóvenes, que se unió al ministerio poco después de su lanzamiento. 

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  • En 2011, Dave habló en una conferencia en América Latina y conoció a César Forero, su intérprete. César tuvo una experiencia que cambió su vida cuando leyó Emergiendo de la oscuridad de joven, y se sorprendió al descubrir que ahora estaba interpretando para uno de sus autores. Forjaron una gran amistad, y en 2012, Dave le pidió a César que se uniera al personal de Infusion como director del ministerio para los latinos.

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  • Mientras Dave estaba con Freedom in Christ, tenía aprendices y una visión de mentorear a otros. Esa visión de llevar a otros a su lado continuó con Infusion Ministries. En 2009, organizamos e implementamos nuestro actual programa de curso anual para formar a otros en su comprensión del ministerio de Jesús aquí en la tierra y para capacitarlos en compartir el mensaje de identidad y libertad a otras personas y grupos. A través de los años, varios de los estudiantes se han incorporado al personal, lo cual ha aumentado la riqueza de nuestro equipo.

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  • Con el paso de los años, hemos añadido personal aquí en Knoxville, y en Panamá, Argentina, Alemania, Irlanda e Israel. Nuestro personal ofrece capacitación a través de seminarios, conferencias, talleres, consejería uno a uno, y otros recursos con énfasis en equipar a pastores y líderes de grupos pequeños para hacer lo mismo en sus círculos de influencia. 

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  • Ahora tenemos 25 miembros del personal nacional e internacional, todos los cuales levantan su propio sostén para que podamos llevar el mensaje de libertad al cuerpo de Cristo, nacional e internacionalmente. Visita las páginas Nuestro equipo y Ministerios internacionales para conocerlos.

Lo que creemos

Creemos...
... que hay un Dios verdadero, que existe eternamente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, cada una de las cuales posee por igual todos los atributos de la deidad y las características de la personalidad de Dios.

 

Jesucristo es Dios,
la Palabra viva, que se hizo carne a través de su concepción milagrosa por el Espíritu Santo y su nacimiento virginal. Por lo tanto, Él es la Deidad perfecta y la verdadera humanidad unidas en una sola persona para siempre.

 

Vivió una vida sin pecado

y voluntariamente expió los pecados de la humanidad al morir en la cruz como su sustituto, satisfaciendo así la justicia divina y logrando la salvación para todos los que confían únicamente en Él.

 

Resucitó de la muerte

en el mismo cuerpo, aunque glorificado, en el que vivió y murió.

 

Ascendió corporalmente al cielo

y se sentó a la diestra de Dios Padre, donde Él, el único mediador entre Dios y el hombre, intercede continuamente por los suyos.

 

El hombre fue creado originalmente a imagen de Dios.

Pecó desobedeciendo a Dios; por lo tanto, se alejó de su Creador. Esa caída histórica trajo a toda la humanidad bajo condenación divina.

 

La naturaleza del hombre está corrompida,

y en su propio poder, él es totalmente incapaz de agradar a Dios. Todo hombre necesita regeneración y renovación por el Espíritu Santo.

 

La salvación del hombre es totalmente una obra de la gracia gratuita de Dios,

y no lo es el logro, ni todo ni parte, de obras humanas o de bondad o ceremonia religiosa. Dios imparte su justicia a aquellos que ponen su fe solo en Cristo para su salvación, y por lo tanto los justifica a sus ojos.

 

Es el privilegio de todos los que nacen de nuevo

del Espíritu estar seguros de su salvación, desde el mismo momento en que confían en Cristo como su Salvador. Esta seguridad no se basa en ningún tipo de mérito humano, sino que es producida por el testimonio del Espíritu Santo, quien confirma en el creyente el testimonio de Dios en su Palabra escrita.

 

El Espíritu Santo ha venido al mundo

a revelar y glorificar a Cristo, y a aplicar la obra salvadora de Cristo a los hombres. Él convence y atrae a los pecadores a Cristo, les imparte nueva vida, los habita continuamente desde el momento del nacimiento espiritual y los sella hasta el día de la redención. Su plenitud, poder y control se apropian de la fe en la vida del creyente.

 

Cada creyente está llamado a vivir

en el poder del Espíritu que mora en él, para que no cumpla la lujuria de la carne, sino que dé fruto para la gloria de Dios.

 

Jesucristo es la cabeza de la iglesia,

su cuerpo está compuesto por todos los hombres, vivos y muertos, que se han unido a Él mediante la fe salvadora.

 

Dios exhorta a su pueblo a reunirse

juntos regularmente para adorar, participar en lo que ordenó, para edificarse a través de las Escrituras y para alentarse mutuamente.

 

En la muerte física, el creyente

entra inmediatamente en comunión eterna y consciente con el Señor, y espera la resurrección de su cuerpo para la gloria y bendición eternas.

 

En la muerte física, el incrédulo

entra inmediatamente en la separación eterna y consciente del Señor, y espera la resurrección de su cuerpo para el juicio y condenación eternas.

 

Jesucristo vendrá otra vez

a la tierra –personal, visible y corporalmente– para consumar la historia y el plan eterno de Dios.

 

El Señor Jesucristo LES ordenó

a todos los creyentes proclamar el evangelio en todo el mundo y discipular a personas de todas las naciones. El cumplimiento de esa gran comisión requiere que todas las ambiciones mundanas y personales se subordinen a un compromiso total con "el que nos amó y se entregó por nosotros".

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