"De aquel que cree en mÃ, como dicela Escritura, de su interior brotarán rÃos de agua viva". Juan 7:38 NVI
Cuando NehemÃas llegó a Jerusalén en NehemÃas 2:11, no avisó a nadie de su llegada ni de lo que planeaba. Su primera tarea fue inspeccionar las murallas y la destrucción de las puertas de la ciudad. Una de las puertas que visitó se llamaba el Estanque del Rey, que se encuentra en NehemÃas 2:14. EzequÃas creó este estanque alrededor de la ciudad. EzequÃas creó este estanque alrededor del año 750 a.C. EzequÃas fue un rey piadoso que sirvió al Señor. Uno de sus logros fue un sistema de riego para la ciudad que hizo tallar por arquitectos a través de la roca para que Jerusalén pudiera tener agua en todo momento. Esto era muy importante para la vida de la ciudad porque incluso cuando se enfrentaban a un asedio de sus enemigos, seguÃan teniendo agua para vivir y mantener la vida. Este conducto de agua se construyó unos 700 años antes de la venida de Jesús y todavÃa se utiliza hoy en dÃa. Tal vez recuerdes cuando Jesús le dijo al ciego que fuera a lavarse al estanque de Siloé en Juan 9. Este estanque era el estanque original del rey. Este estanque era el estanque original del rey en tiempos de EzequÃas.
Este estanque del Rey, vital para el agua que mantenÃa la vida de la ciudad, es una imagen del agua que mantiene la vida que tenemos en nosotros por el EspÃritu Santo. Nuestra salvación y vida nacida de nuevo en Cristo están destinadas a recibir y movernos hacia una mayor plenitud y poder en el EspÃritu Santo. El EspÃritu Santo nos trae estanques e incluso rÃos de desbordamiento que nos abren a nuevas dimensiones de vivir y experimentar la vida de Jesús para Su obra y propósito en nosotros. En Juan 7:37-38, Jesús habló y se refirió al EspÃritu saliendo como rÃos de agua viva. "El último dÃa de la fiesta, el gran dÃa, Jesús se levantó y exclamó: 'Si alguno tiene sed, que venga a mà y beba. El que crea en mÃ, como dice la Escritura, de su corazón brotarán rÃos de agua viva"".
Nuestra comprensión del EspÃritu Santo debe ir más allá de lo que Él quiere hacer en nosotros. Nuestra comprensión debe incluir rÃos que estiren y redirijan nuestras vidas hacia la plenitud de Jesús en nosotros y la reconstrucción que Él desea. Recientemente mi esposa y yo hicimos un viaje a las montañas Grand Teton. Nos estábamos preparando para dirigirnos al Parque Nacional Yellowstone al dÃa siguiente, pero nuestros planes cambiaron repentinamente. Yellowstone recibió una lluvia abrumadora que causó inundaciones e incluso carreteras destrozadas. El parque estuvo cerrado durante semanas para realizar reparaciones. Un vÃdeo que recuerdo haber visto era un rÃo desviado por una gran cantidad de lluvia. Un rÃo se desviaba y cambiaba a causa de toda el agua que pasaba. Nada impedirÃa que esta gran cantidad de agua cambiara el paisaje. Hubo que hacer una nueva carretera debido a la nueva dirección del rÃo. Esto me recordó lo que el EspÃritu Santo hace en nosotros. Los rÃos de agua viva cambian la dirección de nuestra vida para que seamos fortalecidos, sanados, refrescados, capaces de resistir ataques espirituales y empoderarnos para el ministerio. Los rÃos de agua viva a los que Jesús se refirió nos sostienen mientras miramos el quebrantamiento y la destrucción de nuestras vidas y nos dan el poder que sostiene la vida que necesitamos para terminar el trabajo. Necesitamos permanecer abiertos a las nuevas direcciones que el EspÃritu Santo desea llevarnos. Debemos estar continuamente en una posición de adoración, alabanza, y observando y orando a lo que el EspÃritu está haciendo.
[Adaptado de The Bondage Breaker y Stomping Out The Darkness del Dr. Neil Anderson y el Dr. Dave Park].