top of page
  • Mary Lynn Tolar

Vencer el miedo

"No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios; te fortaleceré, sí, te ayudaré, te sostendré con mi diestra justa". Isaías 41:10 LBLA


"Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio." 2 Timoteo 1:7 LBLA

 

El miedo está eclipsando las noticias cada día y ganando terreno en nuestras mentes, voluntades y emociones. Está trabajando activamente para hacernos perder el equilibrio para que nosotros también seamos cautivos, incapaces de hablar con fe o de orar. Nos está desgastando física y emocionalmente para que estemos espiritualmente fatigados, y pasemos menos tiempo con el Señor en comunión. Necesitamos Su perspectiva, ministerio, guía y cuidado. El miedo y los pensamientos ansiosos nos hacen mirar lejos del Señor a nuestra propia habilidad, o incapacidad, para hacer que las montañas en nuestras vidas se muevan. Nos desanimamos y comenzamos a creer las mentiras que el enemigo está escupiendo, trabajando horas extras para destronar al Señor en nuestras vidas para que pueda establecer el miedo como un falso ídolo que exige nuestra atención y homenaje.


El miedo se presenta en una variedad de formas, y varias pueden resultarle familiares, como el miedo a la pérdida, el miedo al fracaso, el miedo al rechazo, el miedo al dolor y al sufrimiento, el miedo a la victimización, el miedo a estar solo e incluso el miedo al cambio. Si no se tratan, somos presa del agotamiento, la confusión, la desesperación y otros miedos. Estos dardos de fuego deben ser eliminados de nuestra armadura espiritual (Efesios 6) y arrojados hacia abajo, sin que sean efectivos. Enfrentar el miedo sin Cristo no es provechoso, pero Dios ha hecho una manera para nosotros a través de Jesucristo. La Escritura nos dice en Romanos 8:31 LBLA: "Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?".


Jesús está listo para que lo llevemos a nuestras batallas. Para usar un poco de jerga de lucha libre, necesitamos forcejear, disparar, llevar el miedo al suelo, retorcerlo en un nudo, e inmovilizar ese miedo. Arrepiéntete ante Jesús por permitirle espacio al miedo, renuncia a su dominio sobre ti, habla la Palabra sobre él, y ordénale al enemigo que se enfrente a Jesús. El Señor ha prometido fortalecerte y ayudarte a vencer ese asalto con el que estás luchando. El nos ha dado armas que no son carnales sino espirituales, eternas y mas poderosas que el enemigo. Necesitamos levantarnos y usarlas.



Sé como David, el pastorcito que recogió piedras que mataron al gigante, y quédate con este pensamiento que recientemente escuché compartido por CJ en Air1 Radio: "Tu miedo tiene miedo de tu Dios". Esa es la verdad, así que créela y actúa en consecuencia. No siempre podemos elegir nuestras batallas, pero cuando nos involucramos, ¡elegimos servir a Aquel que ganó la guerra!






As adapted from The Bondage Breaker and Stomping Out The Darkness by Dr. Neil Anderson and Dr. Dave Park.]

16 visualizaciones0 comentarios
bottom of page