«En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba con Dios en el principio. Por medio de Él se hicieron todas las cosas; sin Él no se hizo nada de lo que se ha hecho. En Él estaba la vida, y esa vida era la luz de toda la humanidad. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la han vencido». Juan 1:1-5 (NVI)
«Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre sus hombros. Y se llamará Admirable Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz». Isaías 9:6 (NVI)
«Había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso. Esperaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo estaba sobre él. El Espíritu Santo le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, entró en los atrios del Templo. Cuando los padres trajeron al niño Jesús para hacer por él lo que exigía la costumbre de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: 'Señor soberano, como lo has prometido, ahora puedes despedir a tu siervo en paz, porque mis ojos han visto tu salvación, que has preparado a la vista de todas las naciones: luz para revelación a los gentiles, y gloria de tu pueblo Israel'». Lucas 2: 25-32 (NVI)
«Después de esto, nosotros, los que aún vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre». 1 Tesalonicenses 4:17 (NVI)
Los cristianos celebran el tiempo de Advenimiento centrándose en el recuerdo del nacimiento milagroso de Jesucristo, el Mesías largamente esperado, así como en la anticipación de Su regreso como Rey de reyes, estableciendo Su Reino en todo el mundo. Como declaró Isaías 9:6, el nacimiento de Jesús cumplió las profecías que se encuentran a lo largo del Antiguo Testamento, proclamando Su propósito, detalles sobre Su vida como dónde nacería (Miqueas 5:2,4), que huiría y regresaría de Egipto (Mateo 2:15), y que sería llamado Nazareno (Mateo 2:23). Las profecías se cumplieron sobrenaturalmente una a una en Su vida. Incluso los ángeles y una estrella indicaron a los pastores y a los Reyes Magos que encontraran al Rey niño. La vida de Jesús fue paralela a muchos matices del Antiguo Testamento, como cuando 40 días después de que las aguas bajaran, Noé envió a la paloma para comprobar si la tierra estaba lo suficientemente seca como para salir del Arca. La paloma regresó con una hoja de olivo, símbolo de la paz, al igual que Jesús es el Príncipe de la Paz, que reconcilia a la humanidad con Dios. La paz definitiva de los cristianos se encuentra en la última parte de la misión de Jesús: traer la nueva Jerusalén a la nueva tierra, quitando toda pena o lágrima, y haciendo todo nuevo. (Apocalipsis 21:1-5).
A menudo, se utiliza una corona de Advenimiento con una vela para cada semana y se leen pasajes o devocionales que representan la Esperanza, la Paz, la Alegría y el Amor: la Esperanza de un Redentor, la Paz entre Dios y el hombre, la Alegría de que ahora hay un camino de regreso a Dios, y el Amor eterno de Dios disponible para sus hijos. Los dos primeros domingos anticipan la segunda venida de Cristo. Las dos últimas semanas recuerdan el nacimiento de Jesucristo. Los devocionales semanales ponen de manifiesto la santa Esperanza, la Paz, la Alegría y el Amor que residen en el carácter de Jesús. Un calendario de Advenimiento es otra forma de celebrar la temporada con preparación y estudio de las Escrituras. Consulta las guías y descárgalas en el recurso indicado más abajo para profundizar en tu celebración de la Navidad.
Recurso:
Advenimiento: Qué es y cómo se celebra (Completo con descargas, estudio en grupo, materiales)
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