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Laurie Battles

Un nuevo comienzo

Enero es tiempo de nuevos comienzos. Marca el inicio de un año del calendario y, en muchas de nuestras mentes, el comienzo de algo mejor en términos de nuestra propia autodeterminación. Sin embargo, los cristianos tenemos la esperanza de algo mucho más fuerte que la autodisciplina y los propósitos autodeterminados que brilla con fuerza sobre todos nuestros esfuerzos y planes. Tenemos el poder del Espíritu Santo y la guía del mismo para ayudarnos a trazar un nuevo año. Si es necesario un nuevo rumbo, Él estará al timón, dando forma y moldeando nuestros días mientras vivimos bajo Su liderazgo y control. Si hemos de mantener el mismo rumbo, Él fortalecerá nuestra determinación y nos ayudará a permanecer fieles a los objetivos que nos ha trazado.


La vida fuera de Cristo hace que una agenda, ya sea electrónica o de papel, sea un poco diferente de lo que es para aquellos de nosotros que estamos en Él. Para el no creyente, el comienzo de un nuevo año puede parecer, al principio, algo esperanzador: 365 días de promesas. Sin embargo, en el momento en que se ven forzados a cambiar de carrera, una crisis de salud echa por tierra sus objetivos, o los aburridos días de febrero, plagados de lluvia, nieve, frío o lodo, cortan su alegría de vivir, la fuerza vital desaparece de sus planes mejor trazados. El incrédulo se queda vagando y preguntándose. Es una existencia sin alegría y a menudo significa otro año de vagabundeos sin valor en este planeta. Pueden pensar que saben qué es lo mejor que pueden hacer, qué es lo que les puede llenar. En última instancia, sin embargo, sólo una relación con el Dios que los creó llenará el vacío doloroso que ningún conjunto de resoluciones de Año Nuevo ingeniosamente elaboradas y completamente ejecutadas podría empezar a llenar.


Un cristiano no enfocado en el Señor puede encontrarse en un lugar similar. Cuando fallamos en controlar nuestros pensamientos, haciéndolos obedientes a la verdad de las escrituras, empezamos a perder el enfoque. Aquellos que pierden el enfoque pierden el corazón. Si no estamos rodeados por el grupo correcto de creyentes, podemos incluso perder nuestro camino por un tiempo. ¡Este no es nuestro Santo derecho de nacimiento! PODEMOS, y debemos, ser decididos y fructíferos. Si fallamos en serlo, hay algo que aun no hemos escuchado del Señor que El anhela comunicarnos. Hay algo que Él nos ha dicho que hagamos y que no estamos haciendo. Una esterilidad o vacío en el corazón y la vida de un creyente indica que en alguna parte de nuestras vidas, hay algo que no hemos sometido a Cristo. Cuando estamos completamente sometidos a El, nuestras vidas están llenas, ¡y estamos satisfechos en El! El Salmo 1:3 (RV) dice que seremos "como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo; su hoja no se marchitará, y todo lo que hace prosperará."


¿Cómo es el calendario de un creyente comprometido? Se dedica tiempo a ganarse la vida, si es necesario. Se dedica tiempo al servicio a Dios y a los demás (a menudo el mismo). Se reserva tiempo para disfrutar de los dones y talentos que Dios ha derramado sobre ellos, independientemente de que se les pague o no por ello. Creadas a imagen de Dios, las personas son más felices cuando son productivas. Es un hecho indiscutible. Pero la industria sin perspicacia es como poner ruedas en la arena. Por eso necesitamos la Palabra de Dios y la sabiduría global del Espíritu Santo, que lo sabe todo sobre nuestras vidas, de principio a fin. Dios nos conoce íntimamente, y sabe lo que debemos hacer en todo momento para llevar a cabo el plan maravillosamente único que tiene para cada una de nuestras vidas. Su Palabra dice en Efesios 2:10 (RV): "Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas."


Si has pasado algún tiempo en el desierto, buscando dirección o incluso perdiendo el tiempo en pasiones y placeres carnales, tu historia no ha terminado. Donde hay vida, hay esperanza. Dios nunca, nunca se dará por vencido contigo, no importa cuántas resoluciones hayas abandonado. Los años desperdiciados son perdonados instantáneamente al pie de la cruz del Calvario, donde Jesús murió para perdonar cada pecado que hayas cometido o cometerás. Él te ama y tiene un plan "B" para cada plan "A" que sientes que has arruinado. Él puede hacer mucho de muy poco. Siempre y para siempre hay esperanza en Él. Así que confía tu 2024 al Creador de las estrellas. Él te mostrará un tiempo maravilloso cuando abandones tu año y a ti mismo a Él.






[Adaptado de The Bondage Breaker y Stomping Out The Darkness por el Dr. Neil Anderson y el Dr. Dave Park.]

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